martes, 30 de diciembre de 2014

Una sonrisa

Siguiendo con el tema de la anterior entrada me gustaría hablar sobre el dinero y la educación que nos dan de él. Primero quiero hablar sobre la corrupción. No sé si será por la zona en la que vivo o por qué , pero antes de escribir esto me ha gustado informarme para ver que no era yo solo y las personas cercanas a mi vida me han dado la razón . Desde pequeños nos enseñan muchas cosas que quizás eso es lo que marca que la marca España sea vista como corrupción. Vamos a un hotel cuando éramos pequeños, y cuando nos vamos ¿qué pasa? Que nuestros padres cogen las pastillas de jabón o lo que sea. Tenemos seis años y la piscina del pueblo es gratis hasta los cinco años y el taquillero pregunta a tu padre:

- Señor, ¿cuántos años tiene su hijo?
- Cinco.

Y entras tan feliz con tu padre a la piscina, puedo poner mil ejemplos así ya sea con la EMT, museos o lo que sea. Eso queramos o no lo vamos metiendo en nuestro cerebro pues es la educación que se nos está dando.

El problema es cuando somos mayores. Muchos se "llevan", por no llamarlo de otra forma, bolígrafos del trabajo o imprimen gratis el trabajo de 200 hojas de su hijo que allí sale gratis. Pero claro, si tienes un alto cargo como un político, por ejemplo, no te vas a llevar un bolígrafo cuando puedes llevarte dinero.  Con esto no quiero defender la corrupción, solo decir que esa es la educación que subliminalmente se nos da desde pequeños. Esto tiene que cambiar.
Junto con esto también me gustaría comentar los voluntariados y misiones. Vivimos en una época que está mal visto hacer estas cosas, eres un "bicho raro" por trabajar sin recibir dinero. Yo vivo una vida muy ajetreada durante el año  por trabajar con ONG ya sea saliendo a la calle una noche fría de invierno llevando un bocadillo a los necesitados que se encuentran en la calle, trabajando con los niños en un colegio dándoles una educación cristiana, cuidando a señores mayores o dando apoyo curricular a niños problemáticos en otra comunidad cristiana.  Muchas preguntas me han hecho y me siguen haciendo la gente, "¿pero por qué haces esas cosas si no cobras nada?" , "Anda que tú también salir esta noche con el frío que hace para dar comida a gente... Pues que busquen un trabajo" o  "Deja esas cosas que vives muy ajetreado y eso te pasa factura en el tiempo para la universidad y tu vida social".

Esas son las frases más comunes que me dicen. Es verdad no gano dinero, pero con solo una sonrisa de un niño, de un señor de la calle, de un señor mayor jugando al bingo (que a la media hora ya no se acuerda de tu cara) o de un niño que no sabe español y el colegio le tacha de problemático por la vida de sus padres. Para mí es más importante eso que el dinero, y gracias a eso he conocido gente fantástica. Historias mil y una para poder contar algún día a mis hijos y a mis nietos, pues yo quiero que ellos sigan ayudando a la gente desinteresadamente como lo hago yo y así les educaré para que vean que es importante.



Claro que pierdo mucho tiempo que podría estar estudiando o haciendo trabajos de la universidad, o que he rechazado trabajos porque no me dejaban tiempo para ayudar a los demás, o que mis amigos salen de fiesta muchas noches y yo estoy en la calle pasando frío, o que llega el verano y se van todos mis amigos a la playa y me voy a hacer un campo de trabajo en algún lugar que se me necesite. Pero no me arrepiento de nada de ello. Gracias a ello me siento vivo y esto es lo que deberíamos todos enseñar a nuestros hijos para que puedan comprobar por ellos mismos lo grande que puede ser la sonrisa de un desconocido.


Termino con dos frases:
Una frase mítica de Robert Baden-Powell "una sonrisa es la llave secreta que abre muchos corazones."


Otra de Charles Chaplin quizás menos conocida: " ¡Hey, hey, sonríe! más no te escondas detrás de esa sonrisa... muestra aquello que eres, sin miedo. Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo."

1 comentario: