Los cuentos folclóricos son cuentos que se transmiten oralmente. Como es normal de una vez a otra puede sufrir algunos pequeños cambios porque no recordamos el cuento exactamente como nos lo contaron, por eso muchas veces hablando con algún conocido sobre un cuento le dices: "yo me lo sé de otra forma."
El cuento está dirigido a los alumnos de cuarto de primaria, niños que se encuentran en la etapa de operaciones concretas.
Se títula: el hombre de la piel de oso
Hace
muchos, pero que muchos años en un lugar muy lejano un muchacho regresó de la
guerra. Lugar al que había ido debido a que su familia era muy pobre y al ser
soldado te daban un dinero para poder vivir. Pero la guerra acabó en menos de
cinco años, por lo que no pudo ganar casi dinero. Para el muchacho esos cinco
años fueron eternos ya que tuvo que trabajar duro para poder ver el sol al día
siguiente, por lo que poco a poco fue madurando más y más. Entonces volvió a su
casa y allí se encontró con que sus padres se habían jubilado y se habían ido a
vivir a la playa. Nuestro protagonista llamado “Juan” tenía tres hermanos.
Estos hermanos montaron un negocio en la casa de sus padres. Este negocio
consistía en alquilar las habitaciones que nadie usaba, por lo que Juan se dio cuenta
que no podría vivir allí ya que no tenía ninguna habitación libre.
Viendo
el panorama Juan pensó en irse a la playa con sus padres, pero no tenía dinero
para llegar hasta allí. Por lo que fue buscando trabajo por distintos sitios.
Ante su sorpresa nadie quería dar trabajo a un antiguo soldado. Por lo que
empezó andar y andar y andar. En uno de estos días se encontró a una bruja
llamada Magdalena la hechicera. Magdalena le preguntó que si necesitaba ayuda,
pero Juan no le contestó debido al miedo
que tuvo de ver a una bruja malvada ante sus ojos. Pero, Magdalena volvió a preguntar
que si necesitaba ayuda y Juan asistió con la cabeza. Antes de que Magdalena
pudiese abrir la boca, Juan le preguntó que le iba a costar ese favor. Ella
contestó que nada, simplemente tenía que llevar puesto un traje mágico, cada
vez que metas la mano en el bolsillo podrás sacar todo el dinero que quieras,
pero no puedes tienes que llevar esta ropa siete años y no podrás lavarte, ni
cortarte el pelo ni las uñas, ni cambiarte la ropa, pero hay una clausula más y
es que si te mantienes vivo al final de estos siete años te devolveré tu alma,
sino será mía para siempre. A Juan le gustó la idea, por lo que aceptó el
trato. Como por arte de magia Magdalena posó el traje encima de Juan y éste se
lo puso. Juan se quedó petrificado al ver el traje, era ¡una piel de oso!
Juan
el primer año estaba súper feliz, tenía dinero para repartir entre los más
pobres y para él. Era tan buen muchacho que no solo daba dinero a los pobres,
sino que también les daba comida para que ese dinero lo gastasen en una casa en
la que poder vivir. Pero llegó el invierno del año siguiente y empezó a llover
y el traje empezó a mancharse y a oler mal por ello, además de que ya tenía un
volumen grande de pelo. Por lo que poco a poco la gente le fue rechazando por
sus malas apariencias y su mal olor. Por lo que ya no podía ayudar a la gente
como lo hacía antes, ahora tenía que dejar el dinero y la comida cerca de la
persona en cuestión y él marcharse para que la otra persona lo cogiese. Además
empezaba a estar un poco preocupado con el trato que hizo con Magdalena y con
cada ayuda también dejaba una nota al lado que ponía: reza por mi alma, por
favor. Así fueron pasando meses y años.
Al
quinto año era insufrible encontrarte cerca de Juan debido a su mal olor y su
apariencia. Un día paseando se encontró a un hombre mayor llorando, por lo que
intentó acercarse para ver que le pasaba. Curiosamente, el hombre no se apartó
y le contó sus problemas. El hombre tenía un gran problema pues le iban a
quitar su casa y tenía tres hijas viviendo allí con él por lo que irían los
cuatro a la calle. Juan sonrió y le dijo que
eso no era problema que él le daba todo el dinero que necesitase para
pagar sus deudas y así que no le quitaran la casa. Así lo hizo. El señor mayor
se sintió muy agradecido, por lo que le ofreció casarse con una de sus hijas.
Juan lo aceptó, por lo que fueron a la casa del hombre. Las hijas mayores eran
muy guapas pero muy superficiales por lo que al ver a Juan le trataban como un
monstruo. El hombre viendo el comportamiento de sus hijas les pidió que por
favor se comportasen bien con Juan. Una situación muy distinta que la que pasó
con la hija pequeña, pues ella no tenía problemas en hablar con Juan y es más
le pareció un chico muy majo. Poco a poco empezó a haber confianza entre ellos
y le preguntó que a qué se debía ese aspecto y Juan contestó que era una
promesa con una bruja.
Juan
no tuvo dudas y dijo al hombre que quería casarse con la hija pequeña siempre y
cuando ella aceptase. El hombre corriendo fue a hablar con su hija y ésta
aceptó. Por lo que nuestro protagonista fue donde ella estaba y la dijo: toma
este zapato mío, si al cabo de dos años no he vuelto serás libre. Si vuelvo nos
casaremos. Tras decirle esto, Juan se fue.
Siguió
su camino y siguió ayudando a la gente y diciéndoles que por favor rezasen por
su alma. Cuando pasaron esos dos años Magdalena la hechicera volvió y se
sorprendió porque Juan había conseguido superar el trato. Con un chasquido de
dedos quitó la piel de oso a Juan y le quitó el pelo largo y las uñas largas. Magdalena
debido al enfado que tenía se giró y se fue. Juan lo primero que hizo fue ir a
donde había guardado el dinero a ver si seguía allí, tras ver que sí seguía
allí fue a por la hija del señor mayor.
Tras
llegar a la casa del señor, las hijas mayores no paraban de intentar ligar con
él por su apuesto físico. Subió a la habitación de su prometida y la vio
tumbada en la cama totalmente vestida de negro y él la preguntó: ¿Qué te pasa? Y
ella contestó que estaba apenada pues su prometido no había vuelto de un viaje.
Al oír esto se quitó el único zapato que le quedaba y se lo enseño. Según ella
lo vio pegó un salto y le abrazó. Las hermanas de ellas se quedaron anonadadas
y empezaron a dejar de pensar tanto en el físico de las personas. Poco a poco
Juan y su prometida iban preparando la boda, hasta que llegó el gran día. Aquí
se acaba este cuento, como me lo contaron te lo cuento.
Cambios:
He cambiado la muerte de los
padres y la de las hermanas de la esposa pues me parece un tema bastante duro
para los niños. En mi adaptación he puesto que los padres se van a vivir a la
playa al jubilarse pues así parece que están felices.
He cambiado el demonio por una
bruja malvada, pues ahora está muy de moda las brujas malvadas en los cuentos
de los niños como por ejemplo en el caso de la película de “maléfica”.
He cambiado la manera de ayudar
de Juan pues así seguramente sientan lástima al oír el cuento y se solidaricen
con las personas que quizás rechazamos por su apariencia (estereotipos.)
También he eliminado el anillo
pues me parece que es imposible partir un anillo por la mitad y lo he cambiado
por un objeto común que todos los oyentes tendrán, un zapato.
Está muy bien aunque ahora no has dejado apenas introducción ni justificaciones de los cambios o de lo que conservas (basadas en los motivos, roles, la simbología y el esqueleto del relato.
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